La conducta de los niños. Cómo la aprenden y modifican

¿Cómo aprenden l@s niñ@s las conductas?. Pues se aprenden y modifican conductas fundamentalmente de dos formas: por condicionamiento y/o por imitación.

  • Condicionamiento. Los niños y niñas aprenden conductas por condicionamiento cuando asocian dicha conducta a una respuesta o estimulo determinado. Por ejemplo el niño que tiene una rabieta y recibe atención, asocia la rabieta a la atención recibida. De esta forma ha aprendido un tipo de conducta para lograr una respuesta.
  • Imitación. Los niños y niñas, aprenden imitando la conducta de los adultos significativos para ellos. Aprenden más de lo que ven, que de lo que les dice. Los pequeños ven nuestro modo de actuar e imitan nuestro tipo de conducta. Los niños aprenden incluso lo que creemos que no está viendo.

En muchas ocasiones como adultos nos desesperamos cuando los más pequeños efectúan conductas no deseadas o no adecuadas en un momento determinado.  Pero debemos saber que  del mismo modo que se aprende una conducta no deseada se puede desaprender, y del mismo modo también se puede aprender una conducta deseada.

ALGUNAS TÉCNICAS DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

Estas técnicas se emplean para conseguir que el niño desaprenda hábitos ya adquiridos o aprenda hábitos nuevos. Todo aprendizaje de conducta es un proceso que lleva su tiempo. Debemos mantener la calma, ir aplicando las técnicas y poco a poco ir observando los progresos.

  1. RETIRADA DE ATENCIÓN.

Esta técnica sirve para controlar las rabietas, cabezonerías  y llantos de los niños y niñas. Los pequeños aprenden que con esta manifestación de conducta reciben cierta atención o satisfacen ciertas demandas del adulto.

Consiste en retirar automáticamente la atención al niño ante este tipo de conductas.  Se le enseña al niño que efectuando peticiones de modo inadecuado no va a conseguir nada. Lo haremos de la siguiente manera:

  • En cuanto aparezca la conducta no deseada se retira toda atención inmediatamente. Como si la conducta no estuviera ocurriendo. Se evita cualquier mirada, palabra o gesto de atención al pequeño. Si es posible mantén cierta distancia con el pequeño.
  • No le digas nada, ni siquiera una riña o reproche.
  • Cuando la conducta empiece a bajar de tono, el niño comience a calmarse, presta atención progresivamente y explícale lo sucedido. Hay que tener en cuenta que lo que le queremos transmitir es si lo pides de la manera adecuada puedes conseguir las cosas.
  • Tenemos que tener cuidado con esto, ya que no debemos transmitir el siguiente mensaje “te has portado mal, eres malo y te desprecio y no te hago caso”. Ambos mensajes son muy distintos.

Veamos un ejemplo:

Pablo quiere llevarse un juguete al cole, y su madre le ha dicho ya que no puede, que lo deje en casa para jugar cuando llegue. Pablo insiste y ante la negativa de su madre, se tira al suelo y se pone a llorar, su madre se acerca a él y le presta más atención, le riñe, trata de convencerle, etc. Pablo aumenta sus lloros y al final su mamá consiente en que se lleve el juguete al cole. Con esto Pablo ha aprendido dos cosas, que con la rabieta consigue atención, su madre está pendiente de él y consigue también llevar el juguete al cole que es lo que quería. De este modo asimila que con la rabieta ocurren estas cosas. Que cualquier deseo suyo si va acompañado de rabietas, recibe una atención mucho mayor y consigue antes sus objetivos.

¿Qué deberíamos haber hecho?

Pablo quiere llevarse un juguete al cole, y su madre le ha dicho ya que no puede, que lo deje en casa para jugar cuando llegue. Pablo insiste y ante la negativa de su madre, se tira al suelo y se pone a llorar, su madre se acerca a él y le dice “cuando estés tranquilo, te haré caso y hablaremos, antes no”  y dedicar la madre la atención a otra cosa (se puede recodar al niño esta frase cada 10 min) En el momento que la conducta vaya desapareciendo (aunque al principio aumenta) abrazaremos al niño y le diremos que ha sabido solucionar su problema perfectamente y que estamos muy orgullosas de él.
Le explicaremos que con malos modos solo conseguirá que no le hagamos caso y nos alejemos. Y con buenos modos conseguirá que queramos estar juntos y buscar soluciones.

En última instancia podremos dar una alternativa para el juguete (como puede ser llevarlo hasta la puerta y que le espere a la salida) pero nunca cederemos a algo que está mal.

  1. TIEMPO FUERA.

Es una técnica que se asemeja a la anterior. Se utiliza cuando el niño y/o niña hace alguna travesura o conducta indeseada. Como golpear a un amiguito o hermano, descolocar los juguetes, tirar cosas al suelo.

El objetivo de esta técnica es conseguir parar la conducta antes de que este fuera de control. Para ello se utiliza la reflexión y se evitan los refuerzos que aumenten la intensidad del comportamiento. Mientras aplicamos el Tiempo Fuera debemos cumplir la retirada de atención y tan solo hablaremos para felicitar la conducta deseada o recordar la norma.

Veamos un ejemplo:

Alberto está jugando con unos amiguitos, se pone nervioso y comienza a tirar los juguetes. Su papá le riñe, pero sus amiguitos se ríen, esto refuerza su conducta. Alberto se pone más nervioso y comienza a golpear a sus amiguitos. Está aprendiendo una secuencia de conducta. El niño tiene que aprender a controlar esta conducta y pararla, darse cuenta que no es una conducta adecuada ya que puede molestar a otros. Para ello haremos lo siguiente:

  • Retiramos al niño y/o niña de la situación en la que se está descontrolando. Se le lleva a otro lugar adecuado para pensar, donde no haya estímulos que refuercen su conducta.
  • No le amenaces, no le digas como sigas así te llevo a tu habitación a pensar. En el momento de forma inmediata, coges al niño sin alterarte y con calma y le llevas al espacio escogido para el tiempo fuera.
  • Le explicas con calma, estás haciendo cosas que pueden molestar a los demás, vamos a pensar en lo que has hecho. El sitio escogido tiene que ser un sitio tranquilo, no es un sitio hostil o de castigo.
  • No uses reproches o desprecios, no le digas “eres malo y te voy a castigar…” “me tienes harto….”
  • El tiempo fuera debe ser corto, con unos minutos basta, no excedas nunca los 15 minutos. Simplemente espera a que el niño o niña se calme y cuando esto ocurra habla con él sobre su conducta y la forma de hacerla correctamente.
  1. ECONOMÍA DE FICHAS.

Esta técnica sirve para ir reforzando positivamente secuencias de conductas. Permite enseñar una o varias o conductas, alterar la frecuencia de determinadas conductas y eliminar conductas inapropiadas. Además puede usarse para conductas de una sola persona o grupos de personas.

Esta técnica consiste en entregar un reforzador “ficha” (puede ser puntos, pegatinas, etc.), cada vez que el niño o niña hace una conducta deseada. Se lleva el control de las fichas y cuando se consigue un número determinado (concretado con antelación), por ejemplo 10 fichas, se obtiene una recompensa.

Para llevar la economía de fichas a la práctica deberás hacer lo siguiente:

  • Explica claramente al niño o niños en qué consiste la economía de fichas.
  • Elije fichas adecuadas, que puedan verse, tocarse, que no den lugar a confusión.
  • Establece el número de fichas que consigue con cada conducta deseada, así como cuáles son estas conductas.
  • Escoge un lugar donde colocar las fichas que vaya obteniendo para que tenga un control de sus logros. En ese mismo lugar colocas la lista de recompensas.
  • Establece la lista de recompensas con ellos. Estas deben ser reforzadores preferiblemente no materiales. Cosas que le gusten al niño y en las que podamos participar todos.
  • Cuando el pequeño quiera intercambiar sus fichas, debemos hacerlo con él.

Veamos un ejemplo:

Los papás de Marta de 8 años, quieren que aprenda a ordenar su cuarto, para ello ponen las siguientes tareas: llevar la ropa sucia a la lavadora, guardar los juguetes y cuentos,  preparar la ropa para el día siguiente.

Para ello haremos economía de fichas, cada vez que Marta realice alguna de estas tareas le daremos una pegatina por valor de 2 puntos. Haremos una lista con las cosas por las que puede intercambiar los puntos:

  • diez minutos más de juego (4 puntos)
  • Media hora para ver todos juntos la tele (6 puntos)
  • Postre preferido al día siguiente (4 puntos)
  • Cena preferida el fin de semana (6 puntos)
  • Media hora de juego, escogido por ella, en el que participemos todos (8 puntos)

Sonia Luna

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